Las naves industriales son siempre protagonistas de zonas concretas de varias ciudades. Sin embargo, ¿cómo se construyen? En esta entrada, explicamos en qué consiste el proceso.

Características de la construcción de una nave industrial

En los siguientes apartados, detallamos las peculiaridades de cada etapa del proceso de construcción de una nave industrial. Así, despejamos las posibles dudas al respecto.

El análisis del terreno y la cimentación

Se realiza un estudio geotécnico para comprobar el tipo de tierra y de subsuelo. El resultado facilita la elección de la mejor cimentación posible dependiendo de cada caso.

La instalación de la estructura

Es el esqueleto de la nave y su elección se ve condicionada por los cimientos construidos y la adaptabilidad del terreno. Es posible escoger entre opciones como:

  • Estructura metálica. Consta de varios perfiles metálicos que se instalan por unidades o en grupo. Es una alternativa recomendable que garantiza el paso de la luz y se amolda a las necesidades específicas del espacio disponible.
  • Estructura de hormigón. Se puede fabricar in situ, con el consiguiente ahorro, o emplear paneles prefabricados. Este material aporta resistencia, pero también es más opaco y podría provocar un gasto energético mayor.
  • Estructura mixta. Dependiendo de la zona de la nave, en algunas áreas es posible instalar paneles metálicos y en otras de hormigón. De este modo, se equilibra la luminosidad y creamos espacios independientes.

La cubierta

Es el elemento más importante y puede ser de dos tipos fundamentales. Cada uno de ellos presenta ventajas e inconvenientes. Los enunciamos:

  • Plana. Puede transitarse, lo que facilita su correcta limpieza, pero impide el paso de la luz y provoca que haya que realizar una instalación eléctrica de mayor potencia.
  • Con paneles de lana de roca y perfiles metálicos. Puede resultar más cara, aunque permite que haya más luz natural.
  • Mixta. No siempre es preciso emplear paneles de hormigón o perfiles, también es posible apostar por otros panales translúcidos que dejen que la luz pase sin problemas. Todo dependerá de las necesidades de cada empresa.

La fachada de la nave

Es otro de los elementos que está marcado por el uso final que tendrá la nave. Si vamos a destinarlo a la fabricación de un producto en exclusiva, el hormigón es la opción más recurrente. De incluirse una zona para atender a los clientes, es más aconsejable crear una fachada específica de metal y otros materiales, como el vidrio, para conseguir un efecto óptico más interesante. Recordamos que en la zona superior se coloca el nombre del negocio y el recurso de un anuncio luminoso resulta adecuado para aumentar la clientela.

En Saja S.L. somos expertos en la construcción de naves industriales. Basta con contactar con nosotros, sin compromiso alguno, para conocer mejor nuestra gama de servicios. Ponemos a disposición de nuestros clientes un equipo multidisciplinar con la preparación necesaria para afrontar cualquier proyecto con una garantía total de éxito. Estaremos encantados de convertir cualquier idea en una realidad que genere beneficios a la empresa que confíe en nuestra profesionalidad y saber hacer.

¿En qué podemos ayudarte?
Ir al contenido